Los niños o adolescentes con este trastorno, presentan ataques de pánico de manera recurrente, que tienen una determinada duración (unos 10 minutos aproximadamente) y sintomatología aversiva a nivel cognitivo y fisiológico. Los niños pueden sentir, entre otros síntomas, sudoración, palpitaciones, opresión torácica, miedo a morir, a perder el control