La mayoría de los niños con este trastorno presentan una combinación de dificultades de atención e impulsividad. Sin embargo, existen casos en los que predominan los problemas de atención y otros en los que predominan la impulsividad y la hiperactividad.
Estos niños, en la etapa preescolar, suelen destacar por su inquietud, su dificultad para seguir normas o su falta de autonomía. En la etapa escolar, tienen problemas en su rendimiento académico ya que, les cuesta seguir las explicaciones expuestas en clase, también suelen tener problemas para organizarse o para controlar sus impulsos.