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by Jimbo¿Cuándo necesitamos ir al psicólogo?

El momento para decidirse a buscar ayuda psicológica llega, habitualmente, cuando una persona se encuentra desbordada, bien por las dificultades que sufre en uno o más aspectos de su vida cotidiana y que no logra resolver, o bien por las consecuencias emocionales de estos problemas. Los psicólogos somos profesionales entrenados para dar respuesta a estas situaciones; Sin embargo, muchas personas dudan a la hora de buscar ayuda de los profesionales de la Psicología, debido a que asocian acudir al psicólogo con padecer una enfermedad, a que desconocen la fiabilidad del trabajo de los psicólogos, o a que deciden afrontar sus problemas sin ayuda. Estas ideas responden más a prejuicios sobre la Psicología que a la realidad de la práctica clínica de los psicólogos, y corremos el riesgo de que quienes las piensan no accedan a una ayuda que podría ser muy útil para ellos.

¿Qué tratan los psicólogos?

El objeto de estudio de la Psicología es el comportamiento humano, y no sólo la patología o el malestar. Los psicólogos disponemos de formación para paliar el sufrimiento, pero también para potenciar la felicidad y el bienestar de las personas, y para ayudarles a resolver sus problemas, tengan estos que ver o no con los trastornos mentales y del comportamiento, patologías que, desde el punto de vista de la psicología, difícilmente pueden llamarse enfermedades. Además, es importante señalar que malestar no es sinónimo de enfermedad; múltiples experiencias normales de la vida producen malestar, y es preciso aprender a sobrellevarlo y a ajustar el propio comportamiento para reducirlo y evitarlo si queremos conseguir nuestros objetivos vitales. Los psicólogos podemos ayudar a gestionar las dificultades y contribuir a alcanzar las metas que se proponen nuestros pacientes, sin importar la naturaleza de sus dificultades.

¿Son eficaces los tratamientos psicológicos?

Los tratamientos psicológicos llevan décadas poniéndose a prueba mediante toda clase de exigentes estudios científicos en los que han demostrado repetidas veces ser tanto o más eficaces en el tratamiento de los mismos problemas que las intervenciones farmacológicas. Además, los cambios que producen los tratamientos psicológicos son, por lo general, mucho más estables que los debidos a los fármacos, cuyo efecto protector desaparece frecuentemente al dejar de consumirlos. Por ello, las principales guías clínicas y entidades sanitarias nacionales e internacionales reconocen la calidad de las intervenciones psicológicas y las recomiendan como primera opción para un gran abanico de problemas y trastornos. Sin embargo, eso no quiere decir que cualquier tratamiento psicológico sirva; es importante que el tratamiento seleccionado disponga de adecuada evidencia científica para el uso que se le quiere dar, y que esté adaptado a la necesidades individuales del paciente.

¿Es mejor resolver los problemas en solitario?

La opción de abordar los propios problemas en solitario es la que toman muchas personas que se precian de su autonomía e independencia. Sin embargo, pensar que acudir al psicólogo supone renunciar a la autonomía o a la independencia es un error; los psicólogos no tomamos decisiones por los pacientes, ni podemos sustituir a la persona que sufre o experimenta dificultades a la hora de afrontar sus problemas. La tarea del psicólogo es la de aportar información, entrenar las habilidades necesarias y planificar el afrontamiento de los problemas, pero las victorias que se deriven de ese trabajo son siempre las del paciente. Aunque la ayuda del psicólogo no es la única forma de obtener la información y habilidades que precisa un paciente, su apoyo evita que los pacientes tenga que “reinventar la rueda” ante sus problemas, y es una forma eficiente de abordar un problema ante el que nuestros recursos amenazan con desbordarse.